sábado, 7 de noviembre de 2009

despertar


Hielos al amanecer
sobre la noche callada,
vinieronme a estremecer
con su cuchilla afilada.
Escarcha que ralentiza
el devenir de mis horas,
frágil y quebradiza
en su presencia invasora.
Reniego de su frialdad
y recurro a tu tibieza,
que despertar en mis besos
nunca te supo a pereza.
Trémula en mis caricias
tu pasión va despertando
y en la yema de mis dedos
tu piel se va alborozando.
Me deslizo por tu valle
y asciendo hasta tus cimas,
mi boca se pierde en tu talle
tus caderas se aproximan
ofreciéndome sus mieles
como manjar de ambrosía,
mis labios hechos acordes
buscando tu melodía.
El tiempo se va deslizando
sobre gemidos gozosos,
y los vamos alcanzando
en espasmos lujuriosos.
Después, retozas risueña
sobre el rebujo de almohadas
y sabiéndote mi dueña
me mandas a hacer tostadas

domingo, 1 de noviembre de 2009

Y aunque solo fuera un sueño


Y aunque solo fuera un sueño
de caricias tentadoras
pronto se hizo mi dueño
endulzandome las horas.
Esa mirada escondida
abriendose como una rosa,
tanto tiempo suspendida
y que sentí tan hermosa.
No hacían falta las palabras,
que me hablaba su mirada
ahuyentando mis zozobras
con su sonrisa encantada.
Vulnerables, ofrecimos
esperanza a la mañana
y entre besos, sucumbimos
a una lujuria temprana.
Fuimos mar y fuimos tierra
fundidos en la pasión
con la renuncia que encierra
desvelar una emoción.
El tiempo pasaba fugaz
desgranando la quimera,
sin máscaras ni antifaz,
bebiendonos la noche entera.
Senderos enardecidos
sobre la piel estasiada
de cuerpos estremecidos
y bocas apasionadas.
Quedamos en la memoria,
grabados en cuerpo y alma,
sabor de mieles y gloria
incendiandonos la calma.
Y aunque solo fuera un sueño
de caricias tentadoras
pronto se hizo mi dueño
endulzandome las horas.